jueves, octubre 27, 2005


SOY CASI UN PATO
Soy casi un pato. Fornido de penas y cansado de estar amarillo he resuelto no retornar al río con mis preparadas plumas resitentes al agua. Hoy quiero ser permeable pese a todo. Y sonreir con este pico mío que solo obstaculiza la sonrisa. Y obtuso como desperté esta mañana resolví no graznar por comida y no procurarme una pata para hacer un nido. Aquí mismo me he consagrado en la más hermética soledad del ser: un casi pato amarillo y poco astuto.
Los cisnes se contonean y el patito feo (que lejos quedó su humildad) más que cisne parece un ganso que se ríe de mis desgracias existenciales y mis artilugios de pato invencible. Mi ídolo era Duckman. He vencido la resistencia de mi agudo dolor de pato herido y los cazadores no quisieron mi sangre, ni los perdigones hundirse en mi carne mansa. Una pata mundana me dejo problemas de estación, un febril deseo de pedir a gritos un poco de amor, y una sensación de que me interesa poco y nada el sexo opuesto. Patas que surgen en excelsos adornos y abajo nada, lo mismo en el fondo. Idénticas conductas como idénticas miradas bobaliconas y impenetrables.
"¡Qué horror!" se jadean a los oídos, "que no me comparen con él: sus patas chuecas su trsite andar, su rareza sin igual" y mientras se liman las patas y se quitan los piojos se jactan unas delante de las otras de haberse enreverado con un cisne (se olvidaron que antes no era más que despojos de plumas, el pato más feo de la comarca). Y yo que era amarillo y taciturno mudé las plumas y fui uno más del montón... todo eso. Todo, para que me cambien por un gansito cualquiera, un cuco, un gorrión en carácter y un halcón en pretensiones. En el fondo tuve mi merecido y un poco más.
Pero hoy decidí otra cosa, un poco de pato veterano me dispuse a dejar de ser y empecé a crear al nuevo, al casi yo. Porque no soy íntegro. Soy un casi, un medio hacer, estoy en construcción (una suerte de reparación de algo que nunca se rompió), soy un pseudo, un cuasi, un "un pokito más y sale". Por eso repito soy casi el que creo y a veces una lágrima se cuela y descubro al viejo que sigue habitando, pero a veces un graznido de guerra me vuelve fresco y versátil y otro y mejor. Soy casi un pato.

1 comentario:

Nidesca dijo...

Guaoooo, amiga, ¡qué texto! Está muy bueno, tiene varios niveles de lectura, me fascina lo que lograste acá, tan humano, tan irónico, tan triste y tan sabio.
Mi enhorabuena.